Yo dono rosas, oro no doy: junio 2015

Música, movimiento, sentimiento, expresión, emociones y sobre todo relajación… Una de las mejores clases que se pueden tener en una semana tan ocupada como la del 11 al 15 de mayo, con todos los certámenes y trabajos que tuvimos y los que venían, una tarde de baile era lo mejor para eliminar todas las malas energías y pensamientos negativos. Ser sólo tú y tu cuerpo, conectados como nunca antes, expresando todo lo que quisieras, liberándote.
La verdad es que en esta clase hubo una mezcla de emociones de principio a fin, empezando cuando se nos envió videos para ver antes de la clase, la palabra que identifica a estos videos es “Raro” definitivamente, cada uno de ellos tenía su cuota de rareza, claro unos mas y otros menos pero todos al fin y al cabo. Pero si los miramos bien, con una perspectiva más madura y artística los bailes en los videos representaban muy bien la realidad, una forma distinta de mostrarla, como el video de la Pina que fue el más raro de todos.
Luego el inicio de la clase real fue una parte muy divertida, ya que al caminar por toda la sala, sin un sentido concreto, y tener que mirar a los ojos a cada compañero que pasara y tener que darle la mano o tan solo tocarlo, te da una cercanía extraña ya que con muchos de ellos tan solo hemos cruzado un simple ‘Hola’ y ahora tratarlos con plena confianza, era vergonzoso y divertido la verdad. Fue un momento en que las risas estaban por todos lados.
Los trabajos a ojos cerrados, me gustan mucho porque me hacen sentir en paz y como si no hubiera nadie más a mi alrededor, aunque en el momento en que me doy cuenta de que si hay más gente me da vergüenza de que me estén mirando. Interactuar con la espalda de otra persona y tratar de expresar sentimientos, o conectarte con la mano de otra y conocerla nada más con el tacto y sentir lo que intentan decir. Toda la historia que tienen ambas partes del cuerpo y que demuestran con su forma, textura, accesorios, tamaño, etc. Es única en cada una de ellas, nada es igual a otra cosa y es genial poder identificarlo más allá de los ojos.
Que mejor para cerrar una clase que el trabajo con la extensión de tus brazos, la tela

, moverla con fluidez y observar como cada una de ellas se mueve de forma distinta dependiendo que quien las maneje más allá de la diferencia en el material, como algunos la manejan con tal delicadeza que la tela parece una pluma, como otros un poco mas brutos simplemente la movían por diversión, u otros que intentaban mezclar ambos estilos, en este último grupo estuve yo toda la clase, divirtiéndome con la actividad y a la vez tratando de hacer algo delicado.