Ultima clase incluida en el blog y fue una de las más
sentimentales y bipolares de todas, después de una bulliciosa explicación sobre
las siguientes actividades del curso se nos instruyó a que cortáramos un
circulo con una plantilla lista y con los materiales proporcionados por la
profe debíamos pintar, así nada más dejar que las cosas fluyeran y siempre
tener en mente ‘me gusta lo que estoy haciendo, me gusta como está quedando’.
Debo reconocer como ya me es costumbre que no me es nada fácil
comenzar algo improvisado, pero esta vez fue totalmente diferente pues tome un
pincel un color de tempera al azar, y comencé a tirar rayas al azar y luego
seguí pintando y finalmente me gustó lo que quedó, era raro, no la mejor obra
de arte que se haya hecho en el mundo, pero era mía y con eso bastaba.
Luego de esperar a que secara la pintura, ordenar el lugar y
todo eso, se nos pidió cortar otro círculo del mismo porte, después debíamos
hacer una pizza con nuestro círculo ya pintado, en este punto ya se nos ocurría
lo que íbamos a hacer después, pero esta idea quedó chica con respecto a lo que
realmente hicimos. Cortamos el círculo pintado, está parte fue la más difícil ya
que debía separar algo que había hecho y que me había gustado tanto y le había encontrado
un significado a cada raya que puse en ese pequeño pedazo de papel en tan poco
tiempo.
Una vez separados los trozos de nuestra pizza nos juntamos
todo el grupo en el centro de la sala y debíamos intercambiar un trocito mío
con un trocito del compañero que me encontrara en el camino, fue súper tierno
esto pues lo entendí como el hecho de darle a otra persona algo que es tuyo y
que es importante y además recibir algo de esa otra persona que tiene el mismo
sentimiento, en el tan poco tiempo que llevamos de conocernos y compartir el día a día, es increíble el
hecho de cómo nos encariñamos y apreciamos a las personas y al fin y al cabo
estas se vuelven parte importantes para nosotros.
Luego de recolectar los 8 trocitos nuevos de pizza volvíamos
al círculo nuevo que habíamos recortado y debíamos pegar cada trocito y armar
una nueva obra de arte. Esta obra era mucho más hermosa que la anteriormente
hecha, ya que esta era el complemento perfecto entre los sentimientos de mis
compañeros y los míos, ya que esa forma de ordenar cada uno de los trocitos es única
para cada persona.
Si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un 'te quiero', siempre habrá un amigo ~ Emerson ~
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