La clase correspondiente a esta fabulosa entrada es sobre
sonidos, expresión, liberación, y energía acumulada durante años y por fin
suelta al mundo.
Durante la primera parte de la clase fue el momento de conexión
contigo mismo, de aprender a controlar tu respiración, tu ritmo cardiaco,
lograr escuchar hasta el más leve palpitar del corazón, no distraerte con nada,
silenciar todos los sonidos exteriores para poder conectarte perfectamente contigo mismo, casi hasta llegar al mismo nirvana. Para esto la profe nos
requirió seguir sus instrucciones, las cuales fueron las siguientes: 1.-
Cierren los ojos 2.-Inhalen y exhalen 3.-
Sientan como el aire pasa por su nariz a los pulmones mueve el diafragma y luego infla el estomago y luego hace todo
el recorrido de vuelta 4.- Traten de sentir el ritmo de su corazón, escúchenlo
5.- Si lo logran escuchar marquen el ritmo y así yo podré identificar quien
está realmente concentrado 6.- Abran los ojos.
Es increíble la paz interna que puedes llegar a tener con
solo respirar lentamente y concentrarte solo en eso, olvidarte de los problemas
y mas allá de eso, olvidarte del mundo entero que está a tu alrededor, en ese
momento solo eres tu frente a ti misma, no existe nadie más. Realmente fue muy
importante el comprobar esto, ya que conocía teóricamente el hecho del respirar
lento y concentrarte contribuye en la relajación, pero nunca lo había
comprobado a ver si a mí me servía o lo encontraba reconfortante.
Debíamos depositar todos los instrumentos en el centro de la
sala y luego recorrerlos y elegir uno de estos, el que te sintieras mas
identificada y en eso me atrajo inmediatamente una cajita que con una geisha y
tonos dorados que brillaban a contraluz sin saber que era la cogí y luego me di
cuenta que era un hermosa cajita musical, la cual más tarde cambié por unas
sonajas ya que la profe pidió reunirse en grupos según los instrumentos, los de
cuerdas a un lado, vientos a otro, percusión a otro y los que son ni fu ni fa,
como yo, estábamos en otro grupo.

‘¡Que poco se requiere para ser feliz! El sonido de una
gaita’ ~Friedrich Nietzsche~
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