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miércoles, 27 de mayo de 2015

CAMBIAR...CAMBIAR...CAMBIAR...

Las reglas fueron: -Olvídense de todas las ideas pensadas anteriormente porque aquí haremos lo contrario.
-Deben a través del maquillaje cambiar su rostro.
Con la primera regla mi mente colapsó, y una vez que eso pasa, nada bueno sale. Me bloquee y no fui capaz de entender la segunda regla y los matices que esta tenia. Simplemente pensé en cambiar mi rostro, ¿Cómo?, no lo sabía, no soy de las chicas que se maquillan en general, así que maquillarme para hacerme cambian lo encontraba aterrador.
Primero pensé en marcar los rasgos faciales que siempre he querido tener más pronunciados, como el mentón cuadrado y los pómulos, pedí orientación, lo intenté una y otra y otra vez y no funcionó, por más que agregué pintura café a los contornos y todo eso, no, seguía igual.
Luego quise parecer enferma, con ojeras, mas flaca y todo eso, podía seguir la misma base que ya tenía anteriormente. Esta oportunidad funcionó mejor, logré poner profundidad a mis ojos para que parecieran salidos y ojerosos, pero por más que miraba no le encontraba sentido a este maquillaje, seguía siendo yo pero con el contorno de los ojos cafés.

A todo esto la clase terminaba a las 16:30 y una vez que me convencí que la segunda opción tampoco servía, la profe dijo ‘Quedan 15 minutos’. ¡15 escasos minutos para poder pintar mi rostro de alguna forma!. Ese fue el punto culmine de mi estrés, no sabía qué hacer, mi cara seguía igual que al principio, así que comencé a tomar colores y pintar, recordé una runa (de esas piedritas que eran el lenguaje antiguo y luego se usaban para leer el futuro) tomé anaranjado e intenté pintar la runa del amor rodeando mi ojo, como supondrán no me salió, una de las líneas que atraviesan el circulo quedó muy cerca de mi boca impidiéndome continuar con las otras líneas, así que terminé pintando el signo femenino. Lo intenté otra vez en el otro ojo con verde, esta vez salió un poco mejor, no digo que si alguien lo viera se daría cuenta de que es, pero al menos tenía la cara pintada. El siguiente paso impulsivo que tuve fue el de pintar una pseudo estrella en el centro  de mi frente, ¿porqué? Quién sabe, luego diría que soy la futura virgen María y esa es la estrella de Belen.
Mientras más me miraba, menos me gustaba lo que veía, es que simplemente no tenía sentido y además no se notaba mucho! Hasta que llegó mi salvación, debo darle créditos por eso a una compañera, Ámbar, logró hacer algo mas con mi rostro, al menos se notaban las rayas que había tirado irresponsablemente yo, por lo que gracias a ella pude sacarme la foto a tiempo y con algo mejor en mi cara.

En conclusión el sentimiento predominante en esta sesión fue, ¡ESTRÉS!

"Fórmula anti-estrés: primero no preocuparse por las cosas pequeñas y segundo recordar que casi todas las cosas en esta vida son pequeñas."

martes, 26 de mayo de 2015

ALGUNOS SABEN QUE HACER. OTROS NO TANTO.

En esta nueva sesión nos correspondía comenzar y avanzar lo más posible en la decoración de la máscara anteriormente creada, ¿recuerdan la sesión anterior, con mucho calor y yeso fresco en el rostro? Si, esa misma mascara hay que decorar ahora. El problema que tuve con esto no era el hecho de tener que decorarla, pues la profe tenia materiales, yo también los tenia o me podía conseguir lo que quisiera, si no que el problema se produce antes, en el momento de tener que pensar en que vas a hacer con tu mascara, pues tiene que ser algo que te represente con un fundamento detrás, y además otro problema que se me suma es el hecho de que no soy muy buena con el dibujo o como yo le digo ‘pasar lo que está en la mente a la realidad’, pues generalmente nada queda como yo lo pienso.
Para resolver esto, comencé a pensar con días de anticipación lo que podía hacer y que quedara bien en la máscara, comencé a tirar ideas al azar, originalmente lo único que tenía claro era que quería la boca morada, por el simple hecho de que me gusta ese color y además creo que se ve muy bien. Nada mas surgía de mi escurridiza mente hasta que dije quiero ponerle pestañas y no abriré los ojos. El siguiente problema que me vino fue el de con que colores combinar el morado de la boca, porque quería pintar la mitad de la cara de un color y la otra mitad de uno distinto, esta idea fue desechada rápidamente siendo sustituida por una enredadera, la cual quería que saliera y avanzara por un lado de mi rostro mezclándose con una ceja y llegando al otro extremo.


Listo, ya tenía lo que quería en mi mascara, pero luego llegó a mí el hecho de que no tenia fondo, no podía dejar la máscara blanca con unas ramitas negras sobre eso nada más. Asique hice un bosquejo de lo que tenía en mente y lo mire y mi cabeza se alumbró, podía hacer un paisaje en el fondo ya que la enredadera me recordaba a esas pinturas japonesas donde siempre hay un árbol y un rio y cerros detrás, así que eso hice.

Gracias a todo este proceso mental por el que tuve que pasar, cuando llegué a la clase ya tenía mis materiales y mi idea lista. Lo cual no sirvió mucho pues en esa clase me dediqué a reforzar el yeso con pasta de muro para que no tuviera problemas más adelante. Igual una vez en mi casa comencé con la decoración y pintura y quedó mejor de lo que pensaba :D

Desgraciados los hombres que tienen todas las ideas claras ~Louis Pasteur~